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28 de septiembre de 2004

Grave historia Technoromance episodio lll

The Passion of Lovers
She had nut painted arms
That were hers to keep
And in her fear
She sought cracked pleasures
The passion of lovers is for death said she
Licked her lips
And turned to feather...

The passion of lovers is for death said she
The passion of lovers is for death
The passion of lovers is for death said she
The passion of lovers is for death ...
The Bauhaus

lll
después de despedirnos, nos enfilamos, inconscientemente, a ese flujo constante y relativo que habita en el tiempo, y que hace de nuestras vidas un hilo en común con la similitud existente entre las realidades paralelas y ese destino, de carácter desconocido. en lo personal, no me interesaba el sacrificio que significaba "renunciar por algo": mas bien, yo renunciaba a todo, por nada. la inercia nos estaba arrojando a los lugares menos sospechosos en lo posible, y esa inercia nos disparaba hacia la jamás inevitable, renuncia. el tiempo, nos dejaba ver -y nos deja- la más amplia y secular de las monotonías, pero con una gran desventaja que promete mayores beneficios: separados y aburridos de lo meramente relevante. así, nos llevamos bastantes años, de bar en bar, pisando tierras diferentes, conociendo a gente distinta, pero, acercándonos más y más hacia los puntos, que años atrás, nos separaron. puntos divergentes y convergentes que algún día serán tocados por los lasos invisibles que nos manipulan, por esas trémulas miradas y por esos divididos mecanismos de auxilio y de defensa que existen en cada uno de nosotros: lo mejor fue alejarnos, lo peor, creer que era lo mejor; inconscientemente: resignarnos.
no ha pasado mucho tiempo, y, las dependencias humanas ya se manifiestan: hombre(animal de costumbres), mujer... mujer...(animal impredecible), ambos, creemos que lo especial y particular de esta relación, que es única, que es inequívoca y que es madura, cuenta con todos los mecanismos necesarios para poder sortear las inclemencias de la vida, la soledad, el clima, el tiempo, sociedad y suciedades del alma, pero, con todo, se consume a si misma por lo voraz de la irrefutable realidad, del verbo real. siempre, se terminara cayendo en el error; jamás, se aceptara; eternamente, se vivirá.
nunca aprendí a estar acompañado tanto y tan largo tiempo: mis excursiones, durante periodos prolongados hacia sus territorialidades, me dejaban ver en claro que no necesitaba mucho de ella: me conformaba con magrear su mirada, con manosear al trote sus palabras y versos, y con esculpir nuevamente su forma para volver a redescubrirla; lejos de todo esto, me sentía a salvo y bien seguro. no es fácil cambiar. simplemente se resiste a lo que se teme. y, el origen del cambio, fue implantado por una necesidad que se infiltro, poco a poco, en la costumbre dividida de un hombre que creía no necesitarlo. El orden de las cosas se ve afectado siempre que se quiere o necesita un cambio; y en ese tipo de cambios, violencia es el común denominador. Violentamente asumimos una alteridad personificada del uno hacía la otra y, de la otra hacía el él (yo). Caímos en la dolorosa cuenta de que no se puede renunciar, así de fácil, a lo que se ha sido, se fue o se será, sin que el cambio deseado sea realmente favorable. Pero, ¿favorable para quien y en que orden?, ¿Necesario en que tipo de circunstancias?, ¿El cambio, respeta el sentido del orden y de las cosas? Definitivamente estaba consumiéndonos la idea. Entrábamos en la etapa desesperante del caos. Un cambio siempre constituirá una alteración que obliga redefinir y se manifiesta abruptamente.
Al comprender la “autoviolencia” adoptada preferí abandonarme y abandonarla, intentando solidificar y desarticular toda la saga de recuerdos, prendas, cd’s, franelas, aromas, fotos, conciertos, palabras, ideas, maldiciones, sanciones, lugares, sonidos, calores, colores; el maldito e intenso nivel de su voz; la trémula y gloriosa parte que se manifiesta de lleno en su visión; el calor imperecedero que deja su cuerpo al pasar de largo por los fríos ámbitos de mis desesperaciones… la triste y lúgubre silla que dejo manchada con toda una serie de formas y patrones cromáticos al oleo… los despojos que quedaron de mi.

continuara
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26 de septiembre de 2004

Color

entre ver y crear existe un hondo y e insodeable precipicio

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