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25 de septiembre de 2004

nada, naderia, don nadie.

no puedo contarte lo que siento: mi sentir es intransferible, solitario, personal y único, vivencial y circunspecto, oscuro y tenue, vertical de arriba al suelo y constante; lo que siento es inamovible, pétreo, húmedo. tiene un peso titánico: jamás pudiste moverme hacia la tangente dibujada en la frontera de tu exterioridad, solo hacías aproximaciones insignificantes hacia esa orilla nulica: la nada. tus representaciones de lo real eran los viajes astrales de cientos de quimeras, de los mil demonios infernales que habitaban y se posesionan de ti, de mi, de tus cuadros soñolientos, de los fotogramas solidificantes: de luces y espejos, de rayos de luz, de sombras marchitas... esas palabras, que se rompen antes de salir, que se quiebran en su concepción, esa lacónica palabra, que intenta justificarse así misma, por obra de lo moral, por obra de la "deidad", por culpa real de la "suerte" y los remedios, pierden fuerza, o salen y nacen si ella. siempre intentamos forzar la realidad... siempre logramos conseguirlo. cuando quieres intentar, sucumbes ante el abandono: te sientes nadie. cuando las miradas se comportan y aceptan sus destinos, se saben cortas: mezcla profunda de inferior superioridad: te sabes don nadie. cuando comprendes la relatividad constante de la vida, de los lasos que unen, convergen y divergen las millonésimas formas del desarrollo y comportamiento humano, caes en la realidad, vives tu realidad, sufres tu realidad, la soledad se manifiesta: te sabes ausente del mundo, pero en el. sabes que existes, pero para ti; imaginas, quizás, que solo eres la representación de algún tipo, similar a muchas otros tantos tipos mas de formas en la sustancia. comprendes la constitución híbrida del suelo que pisas, del ámbito que respiras, de ese cielo, contenedor insondable de lamentaciones, suerte y sollozo al que recurres... en el que mueres: la muerte y su sintomatología se manifiestan en ti; intentas escapar de ella, le temes, pero la disfrutas, tu burlas de ella, la consumes, se viven en todo momento; alcanzas el limite, lo reinventas, jamás evolucionas. al interactuar dócil y de común acuerdo con ella se hermanan, la dualidad los invita a saberse amigos, a necesitarse ambos, a amarse, a comprender la misión única que significa la relación individuo-muerte muerte-individuo... comprendes en pocos minutos de reflexión que la muerte es el final de esa nada totalitaria que mediste y supiste en los años de "vida", de la vida que simplemente se escapo, o le cedió el paso, minuto a minuto, a la muerte, que la carga implícita de esos años de soledad, de nada, de don nadie, terminaron con todo, remitiéndolo todo a un estrato bajo: círculos infernales; niveles indefinidos e intangibles de dolor y sufrimiento: tu soledad te duele, te mata, mutila tu pasado, tu presente... y el futuro sórdido que ya no posees... cuando la luna mengue lo sabrás, porque será la hora de la partida, de ese trémulo, sofocante y lánguido suspiro final: el cuerpo, poco a poco se consumirá al polvo, hasta saber la fecha fatalista e interminable, pero inevitable, de las naderías venideras y recurrentes, porque en los sueños la nada es la base de la vida.

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24 de septiembre de 2004

INFERNO

la sutileza mas trémula,
el roce mas mortal.
la caricia menos efectiva... insensible
y perdida,
el viento ardido. caliente
de vapores flamables, y de lumbres apagadas
los suspiros que emanan de tu ardiente interior
de tu helado fervor,
cristalizan, hielan, enfrían mi deseo, lo arrojan al instinto menos afable
al mas fútil...
a la búsqueda continua,
de la perpetua y oscura locura
dentro de la mía, fuera de ti.
voy por tus vapores: extraños alientos que suspiran por nuestras carnes,
y que huelen a dos;
tu tiempo, se inflama en el aire, en lo oscuro
mi tiempo, se apaga en la altura perdida de tu impulso,
nuestro tiempo: se eclipsa en la noche de aura roja
de tinieblas mórbidas, fantasmales, lúgubres y pesadas
de esos infiernos henchidos de fuego, y hedor.
nacimos muertos, en los vientres surreales de la morada nupcial
en las realidades compuestas de los paraísos que nos inventaron
y de los que jamás saldremos: infernales destinos.


d e s t i n o
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22 de septiembre de 2004

vuelo xxx xx xxxx

me gustaría trabajar en un avión: el jet-flag seria soportable, o entendería la razón verdadera del capital, la nación, bandera, patria... el vértigo, tal vez, seria superado. no recuerdo cuando fue que Teresa y yo esperábamos el vuelo de mi hermano, procedente del perfil mas agudo y fino de la nada, perdido durante mas de tres o cuatro años. Teresa estaba emocionada, quería en verdad verle. la espera fue larga y significativamente innecesaria, inservible. el vuelo llegaba a las once, creo. y estábamos esperando, aun, a las doce y cuarto de un día contenido en un mes que ya ni recuerdo. para evadir la responsabilidad de la espera, me recree en un juego de mi propia invención, el cual constaba de caminar por los pasillos de vuelos nacionales, y buscar los internacionales, mientras "trataba" de no pisar las "líneas" constituidas por la arquitectura del piso del aeropuerto, si por accidente pisaba una, alguna maldición procedente de ultratumba, de el tercer o quinto averno, o de la asamblea legislativa, caería sobre mi: maldiciéndome de por vida(ahora veo que ultratumba me perdono y las zonas infernales 3 y 5, ignoraron las reglas del juego), aburrí al instante. seguí caminando, compre un café con sabor a polímetro y celulosa encerada, lo digerí agustamente; pensaba: "volar... en este lugar cualquiera se siente ave... o dios... o divina garza... ¡sería mejor que todos nos fuéramos a la aero-mierda!". a veces, volteaba a ver el semblante de Teresa: no lucia tan alegre, pero la emoción se notaba en un rictus de esperanza que se manifestaba en su mirada. intente comenzar algún otro juego, o leer algo, pero estaba tan aburrido que no note que el tiempo se escapo, como ocurre con frecuencia y la hora me convencía de que no llegaba en ese vuelo. inste a Teresa para que intentáramos esperarlo otro año, pero enfureció. intente cambiar el tono y nivel de mis especulaciones diciendo que lo mas probable era que se hubiera atrasado el vuelo, como ocurre frecuentemente, y que nos informáramos. pero no. el vuelo llego en punto. al ver esto, decidimos regresar. al llegar a casa, Oscar telefoneo diciendo que Oli estaba en su casa, que tenia rato esperando. mama se alegro. Oli, hasta la fecha, no ha desaparecido.
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