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22 de septiembre de 2004

vuelo xxx xx xxxx

me gustaría trabajar en un avión: el jet-flag seria soportable, o entendería la razón verdadera del capital, la nación, bandera, patria... el vértigo, tal vez, seria superado. no recuerdo cuando fue que Teresa y yo esperábamos el vuelo de mi hermano, procedente del perfil mas agudo y fino de la nada, perdido durante mas de tres o cuatro años. Teresa estaba emocionada, quería en verdad verle. la espera fue larga y significativamente innecesaria, inservible. el vuelo llegaba a las once, creo. y estábamos esperando, aun, a las doce y cuarto de un día contenido en un mes que ya ni recuerdo. para evadir la responsabilidad de la espera, me recree en un juego de mi propia invención, el cual constaba de caminar por los pasillos de vuelos nacionales, y buscar los internacionales, mientras "trataba" de no pisar las "líneas" constituidas por la arquitectura del piso del aeropuerto, si por accidente pisaba una, alguna maldición procedente de ultratumba, de el tercer o quinto averno, o de la asamblea legislativa, caería sobre mi: maldiciéndome de por vida(ahora veo que ultratumba me perdono y las zonas infernales 3 y 5, ignoraron las reglas del juego), aburrí al instante. seguí caminando, compre un café con sabor a polímetro y celulosa encerada, lo digerí agustamente; pensaba: "volar... en este lugar cualquiera se siente ave... o dios... o divina garza... ¡sería mejor que todos nos fuéramos a la aero-mierda!". a veces, volteaba a ver el semblante de Teresa: no lucia tan alegre, pero la emoción se notaba en un rictus de esperanza que se manifestaba en su mirada. intente comenzar algún otro juego, o leer algo, pero estaba tan aburrido que no note que el tiempo se escapo, como ocurre con frecuencia y la hora me convencía de que no llegaba en ese vuelo. inste a Teresa para que intentáramos esperarlo otro año, pero enfureció. intente cambiar el tono y nivel de mis especulaciones diciendo que lo mas probable era que se hubiera atrasado el vuelo, como ocurre frecuentemente, y que nos informáramos. pero no. el vuelo llego en punto. al ver esto, decidimos regresar. al llegar a casa, Oscar telefoneo diciendo que Oli estaba en su casa, que tenia rato esperando. mama se alegro. Oli, hasta la fecha, no ha desaparecido.
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