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28 de noviembre de 2008

Oxxo

La noche anterior dos personas se aproximarón a mi cerca del oxxo que está en la escalera, ahí, cerca de un hotel que da a la desviación a Othón de Mendizábal. Uno de ellos, el más grande, de aspecto perdido y mirada cristalizada me interrogo: ¿Tú eres Horacio? Quién es ese pendejo, le dije; el otro, un rubio de mi estatura, se sintio ofendido y me aseguró: "Con nosotros no te hagas el pendejo, porque te puede ir mal"... Mal ya me va ¿Qué podría ser peor, güerito? Mira, dijo el tipo grande, lo que queremos es que nos digas algo que necesitamos saber. Pues si lo sé, tal vez te pueda ayudar, sino, pues perdemos el tiempo y mi cerveza se calienta, le dije. En una especie de acuerdo decidimos comprar más cerveza e ir al parque que está en la escalera.
Ya en el parque aledaño, me invitarón de la cerveza que compraon y por pura y mera secuencialidad lo que le siguió despues del brindis fue un interrogatorio estúpido. Mira, me dijo el tipo alto, de lo que se trata es de esto: ¿Conoces a Arturo? Sí, le dije, lo conozco apenas hace un mes, llegue a trabajar a una compañia que fabrica utencilios para laboratorios y farmacias y nos presentarón, es contador, muy buen tipo: familia, perro, casa de interés social, maestria en el itam, y muy propio. NO, mira, no es ese al Arturo que buscamos... Pues para serte honesto, ni se quien putas sean ustedes dos, gracias por la cerveza y portaros bien, les dije. Para esto, el rubio ojiverde me detuvo del hombro e intento golpearme directo en la mandibula, golpe que, fue retenido con furia por su compañero. Dejémonos de tonterias, buscamos a Arturo, le dicen Jr. Ohhh, Por ese lado hubieras comenzado. Sí, le conozco, y bien, andan buscando lios, verdad muchachos? Éso a ti no te importa, me dijo el ojiverde. Tiene mucho que no le veo, y permiteme asegurarte que no es fácil dar con él, te voy a dar el numero de su pin, si está interesado, pues él te llamará, sino, pues tendras que insistir y hacer una oferta tentadora, en si, algo que nadie pueda resistir. Entiendo, dijo el tipo alto. Pero de una vez te anticipo, él, podría pedirte dinero, ó... ¿O qué? preguntó. O podría pedirte que se la chupes. Es raro, te digo. Para esto, nuestro amigo ojiverde desespero y saco de su billetera algo de coca e inhaló seguidamente sin ofrecer a su compañero. Bueno, dame el número, suplicó, Ok apunta, pues. Digitó unos numeros en su móvil y marcó, acto seguido, la operadora le pidio el pin y el mensaje. Después de unos minutos, recibió la llamada de Arturo:
¿Sí, bueno, bueno?
... Buenas noches...
Bueno, un amigo suyo me dio su número Sr...
¿Cómo?
¿El de él?
Espere por favor
Me dice que él no tiene amigos, me cuestionó, Pues claro, él no es mi amigo ni yo de él, le dije.
¿Sigue allí?
Lo que pasa es que necesito de su servicio, Jr.
Muy bien, esperare.
Después, el tipo alto cerro el móvil y me agradecio. A la par de esto, mi móvil sono. Vi el ID del número entrante. Conteste. "Hola, ¿Qué puedo hacer por ti?... Entiendo, espera porfavor... Es para ti, guarro, le dije al tipo alto. Le alcance mi móvil y me retire un poco. Después de un rato que calcule necesario, me acerque, y el tipo alto me regreso mi teléfono.
Te agradezco mucho, Horacio. Yo no me llamo Horacio, amigo... ¿Entonces, quién eres?... Aramis... conteste.
Despues de esto, se retiraron, mientras, me quede disfrutando de lo hermoso de la noche en el parque. habia pocos carros circulando, el frio era soportable, pensaba en si esa noche hubiera sido significativo ir a buscar a alguna mujer con quién platicar de tonterias, tal vez, podría haberme beneficiado de sus encantos, tal vez, sólo hubiera bebido como siempre. Sin embargo, aún me quedaba la cerveza de esos dos guarros.


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