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6 de mayo de 2006

vacation-permanent

La última vez que andaba por el centro de Cuernavaca habia una manifestacion, ni recuerdo cual o por qué, lo que si llega a mi mente es esto:

Al regreso de esas vacaciones por todas partes y sin sentido(no había
motivos para encontrar un sentido, simplemente: necesidades) opte por
acomodarme en donde fuera; para esto, después de fatídicas y muy violentas
pláticas con mi familia, decidí separarme de ella. Cogí libros, notas, cd's,
archivos, discos duros, uno o dos pantalones, la vieja mochila de
explorador, la tienda de campaña y la sleeping bag, mis perros(los chicos),
una o dos fotografías importantes, la brújula(para no errar en mi camino),
varias latas de atún, un buen, pero un buen de recuerdos útiles(varios
tuyos) e inútiles(la mayoría mios), mi viejo árbol bonsai(que vivió lo
suficiente para poder darme mucha paz, tranquilidad y paciencia: un año tres
meses y varios días), mi guitarra en su estuche negro(con la mayoría de las
partituras que jamás leí, ni leeré), la agenda 2000, el teléfono móvil,
regalo de un niño, y, un fardo con varios objetos, producto de mi estimación
y cariño; deje miles de cosas, muchos libros, re memorables, re interesantes
y queridos; objetos de real y verdadera utilidad, para mi. Al salir de la
casa, con la mudanza, el mundo por delante, y la sospechosa y clara visión
de no saber a donde llegar ni que camino usar, corregí el camino y la idea
de largarme al puerto de Matamoros(la decisión de ir a Tamaulipas fue
producto de una rabia sin sentido, emitida por un impulso colérico e
infantil), para embarcarme rumbo a donde fuera: y redescubrir, si se podia(y
existia o existió), mi vena de corsario, pirata o marino navegante: no fue
tal, vague por horas, intentando encontrar acomodo en casa de algún amigo o
conocido, de algún extraño o enemigo, já!, vagando, desde la parte norte de
Ciudad de México, hasta el sureño, gastado, anhelado y adorado estado de
Morelos. Trabajando la rabia, el coraje, la impulsiva y espontanea idea de
navegar y de conocer el canto de las bayartas, y poder ver, la alta y real
leatad conyugal de las buyartas, llegue hasta la calle de Hule, en Casino de
la Selva, en Cuernavaca, para semanas despues, olvidarme de la mar, de la
profundidad onirica de los oceanos inpenetrables y sempiternos, de las
guerras a cañonazos entre vajeles y de los miles de naufragios, testigos
eternos de la tranquilidad profunda y abismal, para empezar, según yo y mi
inceirto futuro, una vida distinta, nueva, alejada del golpe y grito
nauseabundo de la capital que sangra a toda hora y que supura de cualquier
lugar. Todo esto courrio aproximadamente seis meses despues de que te vi:
gigante, bella(a que negarlo y por qué esconderlo). Mi estancia en
Cuernavaca fue agradable: vagaba con dos vecinos casi siempre, al
centro, a las partes mas altas del centro, a las callejas donde no
había mucho, pero siempre estaba alguien, dispuesto a platicar de la
vida y sus vertientes inimaginables a sazón y culpa de no tanto no
tener nada que hacer, sino, por el contrario: porque era presisamente
lo que teniamos que hacer. Todas esas veladas eran atesoradas por mi,
me encantaba ese juego intelectual en el cual Diego(uno de mis
vecinos), mantenia una comunion rigida con mi apatico, ya que lograba
crear, asi, con puros formulismos atipicos y tesis de las mas
insospechadas e inverosimiles categorias, modelos de conducta y la
version mas exacta de lo que le ocurria a la crema y nata
CasinoSelvence. Las horas de mayor calor, las aportaba Tadeo(el nieto
de unos exiliados españoles en los tiempos de la dictadura franquista,
que, por accidente, o buena fortuna, era tambien mi vecino) ya que
siempre terminabamos habladno de rebeldia y de nacion, de politica y
del sospechosismo que en ese entonces, se manejaba con el gobernador
local. El momento de verdadera comunion entre "los tres" ocurrio una
tarde-noche, cuando Tadeo y Diego, habian organizado un pequeño tour a
el cerro del Tepozteco, en Tepoztlan, con el firme proposito de
embriagarnos allá arriba, y bajar a deshoras y recorrer las calles
Tepoztlences cantando corridos picosos y contando chistes politicos.
Ocurrio lo contrario: subimos ebrios, por la fracturante y sobrada
ausencia de las damas(no las chinas) de compañia, y bajamos sobrios,
diciendonos, mas bien, preguntandonos a todos mismos: "que será de
nosotros mañana". Era evidente que la pregunta traia consigo una
carga no temporal, ya que, no nos preocupaba el mañana inmediato, no,
era mas intensionada la pregunta; sobra decir a que me refiero. Tadeo
dijo: "mis padres quieren que termine la carrera, pero yo necesito
otras cosas". Diego, por su parte: "yo quiero seguir pintando"(Es
Odontologo). Por mera extencion de la platica, te podras imaginar que
me tocaba el turno, de la misma forma en como se sigue el turno en un
juego. Si es asi, te equivocas. Y, si no, pues tal vez profundizaste
un poco, y coincidiste, asi sin pensar, o pensando, que mi respuesta
nunca llego. Fue forzado el momento: Diego y Tadeo, me voltearon a
ver, con la misma jeta que pone una novia al querer saber una
respuesta presisa. solo me encogí de hombros, y no fue sino hasta que
a Tadeo le salio lo Gallego y me dice a boca de jarro: ¡joder, que no
piensas contarnos!. No me preocupa, les dije. Aqui comenzo la
regresion a esos dias de inicio en Casino: <
conoci, de la forma tan inecesaria en la que se acerco tu amiga Brenda
para decir: "tu vives en Hule" y darle continuacion a ese juego de
estira, afloja y conocenos, o acercate a nosotros, que te hemos visto:
"No, no vivo en Hule, vivo en el Paraiso..." Esto basto para que
congeniaramos los tres. De esa tarde de domingo sin intencion de nada,
ocurrio que me apresure a vivir de noche en Cuernavaca: Tú Diego, con
tus pinturas rupestres y marcadas tendencias minimales, paseandome por
entre la profunda y clara realidad intelectual de tu lectura erotica,
hasta llegar a tu consultorio con olores a esterilidad y vacuidades
quimicas. Tadeo, Tú, lograste hacerme sentir en lo que cabe,
preferente. Los poemas que me leias con entera confianza, me
eclipsaron al momento de escuchar la cronica que encapsulaban(nunca
entendi el simbolismo que venia oculto); las páticas que tubimos en la
alberca, las reuniones en la casa de tu tía, las noches de lectura
feroz y de la forzada y apasionante presencia en la biblioteca de tu
padre, me llenaron de celo hacia cualquier cosa que estubiera alejada
de ese lugar. En particular, y para terminar(creo les dije), ustedes
dos, han logrado hacerme llorar, en esos momentos en los quela
soledad, o la encerrona, me pide escparme de ustedes, o del mundo. "El
mañana, no ha llegado">>. No te contare mas de Diego y Tadeo, sólo,
dire que fuerón, en su momento, extenciones en mi nencesidad. Despues
de que sali por fuerza de ese pequeño paraiso, recorri, en tres dias,
todos los lugares a los que frecuentaba ir con Tadeo y Diego. Siempre,
me he percatado de ese sentimiento de abandono cuando alguien llega...
y se va. Algo dentro de mi se deteriora, y creo, algo tambien sale
estorbando en las demas personas cuando me voy, ¿qué es? no se. Ya
estando de regreso en la Capital, busque de inmediato trabajo, tres
días despues, lo tenia. Pero eso, eso te lo cuento luego.



Ahora, el fin de semana pasado me ocurio que llegue a esa vieja alberca, reodeado de familias dispuestas a olvidar un poco la ciudad, y yo ahi, cohabitando con dos familias, cada cual con sus pequeños bebes. Lo unico que me causo eco en la memoria fue la "maquina del amor" Pintura sobre varios lienzos, tecnica mixta y sumamente sugestible, la que me regreso a varios siglos atras; vi tambien, esa triste y laconica Boda: "la boda de soledad" de Susana Ferrer: tecnica mixta, de la coleccion "historias triviales de soledad", increible. Algunas otras, me inspiraron mucho el recuerdo; el regreso fue pospuesto por obra de un juego de canasta: el seis de bastos gano, gano otro dia de alberca: por mi, haria una vida completa en esa alberca...
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