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25 de diciembre de 2007

tú y yo

el pensar en su cuerpo, en su cuello, en la delicadeza extendida de su piel, en el látigo mordaz de sus palabras en defensiva permanente; en colorear con destreza la zona puntiaguda de sus senos, mamíferos sentidos, me obliga forzosamente a creer necesitarle... incompleto error, si se lo miro bien. Prefiero menospreciar todo el juego mustio y complejo, al que le doy significancias mas allá de mi realidad y cotas. no comprendo los porqués, entiendo los para qués. Si intentara responderme, lo haría afirmativamente: "te necesito, tanto, como a este incauto desconocido..." y es que, aún me sigo desconociendo. Día a día sigo considerandome un conocido más que ajeno, envidiablemente desconocido. Como ocurre con vidas y juegos de azar, se necesitan reglas. sobrevivir. las reglas que permiten dar paso a lo que viene o sigue. los turnos del juego de rol. el rol de la vida en una circunstancia favorable o adversa. Manifiesto interés por las ventajas que acarrea el omitir, acaso evitar la regla, el dogma. la circunspección que nutre su extraño sentido y la fantasía que arroja, como mera excreción cutánea, mas que corporal. desgraciadamente, la regla nutre, nace, muere y se sigue fielmente o en el mejor de los casos, solo se limita en intentos por sobrellevarla, por sobreentenderla, por valorarla o infravalorarla y ciclarla. Podría decir que la regla termina "aquí"... y afirmar que su deterioro "acá": no importan los lascivos nupciales, forzosos o acaso desesperados, lo que importa es la cólera, la tristeza, la culpa o el extraño pretérito que cobija y da vigencia a la no regla y al vicio ruidoso que le da ciclicidad, que la revoluciona en el espacio cartesiano y exageradamente tridimensional, tetradimensional o enendimensional. incluso en la falsedad de ánimos la regla sigue predominando forzándome, o forzándonos a seguir patrones complejos y abstractos: esas metodologías que nos enseñaron en la infancia y que no podemos mas que seguir, sin intentar olvidar o meramente corregir. El tu no es nada si la contraparte: el yo. ambos se ven implícitos en protocolarias reglas definidas... qué madres importa eso ya.

en particular comencé queriendo describir, fielmente, el estado no reglamentado de colores, aromas, texturas y cualquier otra cosa que conforma o que conformamos en el binomio "tu yo" y termine no lográndolo; pero por otro lado prefiero y quiero sentirme muy audaz, y es que lo seria, si lograra interpretar las maniobras estilistas que dibuja su sombra en la ejecución de sus movimientos clandestinos, furtivos o que meramente por descuido hace, amen de el lenguaje oculto que manifiesta con sonidos, miramientos muecas y actitudes maduras o charlatanamente infantiles; veo y escucho por lo que creo sentir resonancia empática en todo ese slang o particular sistema comunicativo... triste clausura; es también, una faena que en mi química cerebral nace, partiendo de los mecanismos cerebrales que me obligan a verter con llanto su ausencia en todo el piso que me sirve de techo para terminar diciendome: quien es esa parte del binomio que ni conozco y que ya olvide! ja ja ja, termine siguiendo el juego hipotético y dicotómico que emana de mi regla o escénica personal para reafirmar mas el rol que en las reglas ejercito y se da: human rulez

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