Pocas veces he vencido el sueño, la nostalgia, el momento, la emocion y la lateralidad de los eventos. Ahora, es distinto: no puedo vencerme en un juego que yo cree desde la regla hasta la trampa. Nunca me orille por el destino, tampoco, por la salvedad de las practicas idealistas que glorifican la esperanza y la magnifican con sucesos de calibre imposible: esperanza, nunca mueras, que algun dia todo cambiara. En ocaciones, llegue a creer que la vida era una especie de simulacion, una llana y vaga figura en la sustancia: en ese ambito mortuorio que se parece tanto a la realidad que emulaba en mis efusivos y precoces momentos de veloz y radiante fantasia; pero es todo lo contrario: es una especie de vacuedad insomne, una flagelante navaja que emana del interior de las cicatrices que dejamos al borde del olvido, pero que, nunca salen ni se alejan.
Es en esos momentos en los que es preferible albergarse al amparo de UNA MENTIRA SINTETICA, de una excusa permeable, blanca, desfigurada, completa, tierna, ruidosa y mediana. Muchos me ven a la cara y callan, no saben que ocurrira, no lo imaginan, solo lo suponen. El camino, tal vez, se llene de variantes en las ramificaciones de sus senderos, en viariantes en las vifurcaciones inaccesibles del metodo: una encrucijada.
La decicion de deciciones es el paso al que todos le tememos. Decidir que camino tomar es pura perdida de tiempo si se le teme al epicentro mismo del crossroad.
Tomarlo arbitrariamente, es lo mas sensato(aunque irresponsable).
Ignorarlo... es enfermizo.
Pedir a paseantdes expertos, es arojarse al mundo complicado de las experiencias nno vividas ni soñadas.
Pagar por peajes seguros, es inhumano: esos caminos, estan ahi.
¿A donde ir cuando las encrucijadas nacen, se vifurcan, mueren, terminan en sin salidas, en caminos de caminos?
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