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11 de diciembre de 2004

malabares

¿Cómo podría aventarme de lleno a los brazos trémulos de tu afecto?
He intentado soportar la infamia de la inseguridad que se vive lejos de ellos, pero... es inconveniente, e improbable, la seguridad que me proporcionan.
Vivimos al borde de lo insoportable: tú, perdida en un submundo lejano de los paralelismos del mío; yo, cobijado por ese manto de miles y milenarias estrellas, cosechando el fruto que la aurora cierne por los derredores de las margenes soñolientas que dibuja el mío.
No estamos preparados, aún, para seguir el flujo ordinario de la selección natural, cortejamos los aspectos impropios del amor, jugamos a vestir deseos con conchas de mar supurantes, arropamos las singularidades de nuestros afectos con los vestigios que dejaron nuestros errores, minimizamos las empatias generales de la lugubre y apagada pasión que nos rodea... o queda; vertemos de falsas esperanzas la posibilidad de la alternativa... jugamos a vivir; ... intentamos ocultarnos bajo los suaves y flagelantes espinazos de la moral, de lo normal.
Por ratos, encuentro un punto de total equilibrio entre el error de mis explosiones y el calor de tus decepciones; no debes olvidar que tu me haces explotar... "no debo olvidar que te decepciono a ratos". Jamás estaremos a mano. Siempre, saldremos debiendo algo, nada o todo: intenta-intento, no tirar las piezas del juego apocalíptico de lo inmediato, de mantener en el aire los sueños, el calor, fervor, milagros casuales, objetos tribales, triviales sentidos, orgullo, decisión, corazón, alteridad, locura, terrores y horrores, llantos y gritos; juguemos a atraparlo todo, a mantenerlo en el espacio por las eternidades que duren nuestros caprichos mínimos de humano. Deja caer, solo algo de llanto lastimero con todo y sus lágrimas rojas-sintéticas, manteen en el aire, el espesor de mi imaginación volátil y viscosa, que emana de mi ensoñación.
Tomemos al final: el peso del sueño tormentoso y del deterioro amoroso, para identificar, reanimar y reinventar la causa de nuestro tiempo.

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9 de diciembre de 2004

beautiful day-día hermoso

The life is beautiful...
Still, in his denser reality.
Still in his more pleasing reality.
Still, in more beautiful his and vibrant terror.
Flood of fear...
devoid of peace.
monstrous and sickly...
spectral. Plagued of shades that never stepped
on our imagination,
that, only left, lapsus bleeding of our reputations.
They always flew,
dreams.

La vida es hermosa...
Aún, en su más densa realidad.
Aún en su más grata realidad.
Aún, en su más hermoso y vibrante terror.
Llena de miedo...
carente de paz.
monstruosa y enfermo...
espectral. plagada de sombras que nunca pisaron
nuestra imaginación, que,
solo dejaron, los lapsus sangrantes de nuestras reputaciones
siempre volaron,
sueños.
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My World

My World
interesting things
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8 de diciembre de 2004

Interpolación lineal

He olvidado como recordarte: desde el momento en que descubrí que había perdido tu rostro, el llanto constante de tu voz, el rojo alambre que prendía de emociones nuestros encuentros, el juego eclipsado de nuestras despedidas, las lúgubres notas que silbaban en los conciertos que sintéticamente hacíamos... y... mis lentes; deje de voltear a ver las nalgas a las mujeres que pasaban, incluso, perdí el interés por recordarte. La ultima vez que te recordé, hacía uno de mis recorridos interconeccionales sobre el Paseo de la Reforma: "otra vez: Sn Marino, Tiber 42, el Café del Arrabal, Zarate & big band of hard core blues, Pedro... Alejandra y yo. yo y Alejandra: vestidos de noche, soñando despiertos ese sueño lacónico, famélico, intestinal, pusilánime, henchido de rabias, policromo en nuestros ámbitos, negro en los "otros", supurante... ese sueño moteado que nos aproximaba a la veracidad de la locura compuesta, de la salubridad indispuesta: Le Formalité.
Siempre supimos que el coraje nos aventaría al paso frecuente de la monotonía, ahí, aprendimos a tenerle indiferencia a ese monstruo hyper kinetico que es la vida:

Jamás nos robaría otra lagrima,
no volverá a vernos sangrar de noche
en esos rincones lustrosos
que nacen en los caminos circunspectos
de las líneas que mienten;
no volverá a fingirnos su desprecio
corroído y hediondo
virtuoso natural.
Jamás, nos olvidara.
somos sus items favoritos, únicos.

Inconscientemente, ocurrió, no se por qué intento recordarte hoy; siniestramente, por la noche, me surgió la necesidad, en ese estado inconsciente pero machucado por la necedad de las obsesiones que me dan cobijo y deseos de animo en esta terrenalidad sulfurante, volátil, ... majestuosa. Los favores todos, se los debo a la gracia de saber aun que te olvido, pero que, no me atrevo.

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7 de diciembre de 2004

Arnold & Thelonious Monk

Arnold, al parecer un escuincle precoz de unos ocho, diez o doce años, fue catalogado por el semanario cultural de la arquidiócesis de Guadalajara como una caricatura apta para escuincles mexicanos.

La nota(ver nota) comenta que fueron evaluadas treinta y tantas caricaturas y comics, y descubrieron, que en efecto, muy pocas(pero muy muy pocas), cumplían con la normalidad(y creo moralidad) para poder ser vistas por los futuros ciudadanos modelos: vástagos(de los mexicanos) tiernos y ansiosos por disparar sus poderes extraordinarios sobre quien se deje pisotear.

El análisis a estas caricaturas, dejó ver en claro que la violencia, el deseo de poder, ansiedad, rebeldía, valores, moral, vulgaridad y tono, eran expuestos a niveles que podrían inducir a la escuiclada a manejarse inmoralmente y de muy mala forma.

Lo que realmente me intereso, fue el ver que Arnold, el protagonista modelo principal de la serie, hace uso de un juicio, agudeza, sensatez y humildad(engaños verdaderos), dignos de mis dudas, y además, logra sortear las "hipotéticas" situaciones que se le presentan, y digo hipotéticas porque son pura fantasía, es imposible creer que en este mundo imperializado y globalizado la vida gire en torno a suaves y paradójicas, sino es que imposibles circunstancialidades de caricatura; y si se duda, no podría más que dar mi lastima a los ciegos que evitan ver la realidad en toda su gandalla y dolorosa expresión:"verdad ....no hay peor ciego que el que no quiere(o quiera) ver"
Algo que me intereso también, fue un comentario de Arnold con uno de sus amigos: "¿oye amigo, quée hacemos... vamos a buscar discos de Thelonious Monk al centro?", como es visible, el chico, a parte de tener buenos modales, y de ser ejemplo de comportamiento, es un escucha meticuloso y concienzudo del buen JAZZ, por lo que, creo, si se enseña a todos los jóvenes a tener un nivel competente para poder degustar el Jazz, digamos, los conocimientos básicos para poder comprender el flujo y metricidad del Jazz. podremos tener a Arnold en casa y verificar como padres concientes.

Estoy en total desacuerdo con la pendejada de cultivar valores, sembrar ideas positivas, erradicar rebeldías, y crear ciudadanos modelos(acomplejados y obsoletos, prejuiciosos y discriminantes, egoístas individualistas, gandallas y rabiosos...): simplemente una oteada para ver la poética mirada de las balas teñidas de purpúreas y dulzonas gotas escarlatas a lo largo de la historia, y al final de ver, decir, si en verdad, ha servido el ejercicio de la cultura y la racionalidad, digan y vociferen, si el llanto de los infantes atormentados por la virtud de nacer pobres es merecedor de la lapidaria y patética lastima que se generaliza y siente, y que además no cura sino que agudiza los dolores que la yaga supurante de la pobreza deja. Vivimos amordazados por el juicio, atormentados por la codicia, estigmatizados por la irracionalidad racial, perdidos en la soledad; vivimos el tiempo con su marca más luciente en un futuro muy lineal y cuasi eterno: violencia(en cualquier forma).


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6 de diciembre de 2004

Domingueando...

Generalmente los domingos no puedo congraciarme con el sueño... padezco una extrañísima enfermedad: enfermedad que me obliga acordarme de lo meramente intrascendental, ficticio, cantinflesco, aburrido, inservible, imperdonable, doloroso.

Los domingos me obligan a odiar el resto de la semana. Es generado en mi interior algún tipo de químico que hace que las endorfinas recorran caminos distintos hacia la plausibilidad de mis emocionalidades, por todo ello, la química sanguínea, neuronal y espiritual en mi, se ve interesada por escupirle al mundo una sonora sinfonía de maldiciones, mentadas de madre e invocaciones malignas. Los domingos.

Los domingos son tardíos, oscuros, "familiares", de parejas congraciadas con la magia espectacular del shoping dominguero, de parejas convencidas de comprar cualquier madre inservible en el samborns, o de pendejear olímpicamente en Coyoacan, el tianguis de La Raza, Tepito, La Lagunilla o los mercaduchos o tianguis barriales locales; muchas parejas y familias recurren a los supers. Yo, intento recurrir a formás alternas de consumismo o intercambio mercantil.

Desafortunadamente es el domingo el día x, el día en el que se pueden hacer muchas cosas o ninguna: compras, paseos, cine, visitas, zoo, museo, concierto, sexo, cerveza... quisiera que desapareciera el domingo de mi estrés, de la ardua fiaca y malestares insomnes... me encabrona el no poder dormir por las noches, más por las opulentas noches de domingo... sórdidas noches solitarias... temibles y reflexivas noches consumibles... espasmódicas y tristes, aberrantes, desquiciantes y amargas, en fin: noches.

El odio por el domingo debe merecer su origen en algún sistema psicológico o emocional en mi psiquis, algún trauma socio-cronológico, podría ser causa directa de mi lacerado animo, o de mis múltiples recuerdos domingueros...



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