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7 de diciembre de 2004

Arnold & Thelonious Monk

Arnold, al parecer un escuincle precoz de unos ocho, diez o doce años, fue catalogado por el semanario cultural de la arquidiócesis de Guadalajara como una caricatura apta para escuincles mexicanos.

La nota(ver nota) comenta que fueron evaluadas treinta y tantas caricaturas y comics, y descubrieron, que en efecto, muy pocas(pero muy muy pocas), cumplían con la normalidad(y creo moralidad) para poder ser vistas por los futuros ciudadanos modelos: vástagos(de los mexicanos) tiernos y ansiosos por disparar sus poderes extraordinarios sobre quien se deje pisotear.

El análisis a estas caricaturas, dejó ver en claro que la violencia, el deseo de poder, ansiedad, rebeldía, valores, moral, vulgaridad y tono, eran expuestos a niveles que podrían inducir a la escuiclada a manejarse inmoralmente y de muy mala forma.

Lo que realmente me intereso, fue el ver que Arnold, el protagonista modelo principal de la serie, hace uso de un juicio, agudeza, sensatez y humildad(engaños verdaderos), dignos de mis dudas, y además, logra sortear las "hipotéticas" situaciones que se le presentan, y digo hipotéticas porque son pura fantasía, es imposible creer que en este mundo imperializado y globalizado la vida gire en torno a suaves y paradójicas, sino es que imposibles circunstancialidades de caricatura; y si se duda, no podría más que dar mi lastima a los ciegos que evitan ver la realidad en toda su gandalla y dolorosa expresión:"verdad ....no hay peor ciego que el que no quiere(o quiera) ver"
Algo que me intereso también, fue un comentario de Arnold con uno de sus amigos: "¿oye amigo, quée hacemos... vamos a buscar discos de Thelonious Monk al centro?", como es visible, el chico, a parte de tener buenos modales, y de ser ejemplo de comportamiento, es un escucha meticuloso y concienzudo del buen JAZZ, por lo que, creo, si se enseña a todos los jóvenes a tener un nivel competente para poder degustar el Jazz, digamos, los conocimientos básicos para poder comprender el flujo y metricidad del Jazz. podremos tener a Arnold en casa y verificar como padres concientes.

Estoy en total desacuerdo con la pendejada de cultivar valores, sembrar ideas positivas, erradicar rebeldías, y crear ciudadanos modelos(acomplejados y obsoletos, prejuiciosos y discriminantes, egoístas individualistas, gandallas y rabiosos...): simplemente una oteada para ver la poética mirada de las balas teñidas de purpúreas y dulzonas gotas escarlatas a lo largo de la historia, y al final de ver, decir, si en verdad, ha servido el ejercicio de la cultura y la racionalidad, digan y vociferen, si el llanto de los infantes atormentados por la virtud de nacer pobres es merecedor de la lapidaria y patética lastima que se generaliza y siente, y que además no cura sino que agudiza los dolores que la yaga supurante de la pobreza deja. Vivimos amordazados por el juicio, atormentados por la codicia, estigmatizados por la irracionalidad racial, perdidos en la soledad; vivimos el tiempo con su marca más luciente en un futuro muy lineal y cuasi eterno: violencia(en cualquier forma).


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