doomsday

vagar en una plaza comercial del norte de la ciudad resulta, siempre, divertido: ves a varias centenas de mujeres con una estupida inteligencia mercantil-animal, encuentras centenares de autos dispuestos sobre franjas amarillas y ordenados por colores y letras en pasillos y niveles; encuentrass, ademas, lujosas prendas decorativas de interiores y mucha ropa femenina, ves animales, insectos, leyendas, mitos, creencias, habladurias, todas estas, apiladas en la diversidad y libre albedrio dominguero que nos arroja un poco de esperanza, o por lo menos, nos sirve de ruta de escape.

Creo que ha dejado de divertirme el ver el flujo lineal del domingo en bares, arrabales y moles comerciales: deberia ir a los toros, e invocar al bravio dios Centauro para que le diera facultades a la bestia cornuda y asesinara a varias decenas de personas que claman su sangre, orejas, y rabo; tal vez, deberia ser yo, quien sea el intermediaro de ese dios cabrio y hacer justicia por el alma sangrante y devanada que la historia le ha otorgado a tan nobles bestias. Si, yo, deberia matar y redimir al hombre... tal vez, si, tal vez el proximo domingo.